miércoles, 21 de julio de 2010

LAS ETERNAS RELACIONES DE PAREJA III: Charla-Coloquio con Miguel Oscar Menassa (Candidato al Prermio Nobel de Literatura 2010)

P: ¿De qué te enamoras o de quién?

MOM: Si eso me lo pregunta tumbada en el diván le contesto rápidamente: de su madre y de las cosas que le gustaban a su madre. Pero como usted me lo pregunta por televisión, le digo: nos enamoramos por decreto de la especie. Por lo tanto, no existe ni la belleza, ni la valentía, ni nada de esas cosas que ustedes piensan, no existe nada, nos enamoramos por mandato de la especie, por eso es que, a veces, hombres tan feos como yo pasean por la vida con mujeres hermosas, porque eso es el amor, no es uno. No es que la chica compara esta belleza con aquella belleza. Y tampoco tiene que ver el tamaño del pene porque la mujer ama penes inexistentes, nunca existe el pene para la mujer, por lo tanto, ni pequeño ni grande, ella lo hace grande cuando ama y lo hace pequeño cuando desprecia. Por lo tanto, chicos, no importa el tamaño del pene, no tienen que preocuparse por eso.

No importa nada, es el amor, lo importante es que el otro esté enamorado, lo importante es que yo esté enamorado de esa mujer... Pero ¿por qué es importante? Porque hay que aparearse, que también es una ley de la especie, es el apareamiento de las bestias ¿para qué? Para la reproducción de la especie. ¿Qué le vamos a hacer?

No es que de los animales hayamos aprendido la pasión, “feroz como el tigre”. No, el tigre es feroz como nosotros, el tigre, sin la intervención del hombre en la selva, jamás hubiese sido un animal feroz. El hombre lo hizo feroz. Degenerado como un elefante (porque tiene la trompa), nada. Pero lo que nos enseñaron los animales fue “la familia”. Entonces, el amor es de proveniencia animal, es decir, de la especie. El hombre es un animal, amoldado, reprimido, pero es un animal.

¿Qué quiere decir un animal? Es que el pobre hombre no es inmortal, entonces padece, como un animal, de nacer por intercambio de líquidos orgánicos entre un hombre y una mujer que, generalmente, se llaman macho y hembra. Y ¿para qué se unen? Para reproducir la especie. Y ¿para qué conforman una familia que tanto trabajo cuesta? ¿Para qué? Para educar a la especie, para preservar a la especie, para cuidar al retoño y tirarlo de nuevo a la civilización ¿para qué? Para que forme a su vez una familia y tenga hijos.

Todo el resto que ocurre alrededor de eso, como bien dice la Iglesia Católica, es pecado. Todo lo que ocurre alrededor de la penetración para tener hijos es pecado. Entonces, la Iglesia cuida la familia, la familia cuida la especie. Son dos entidades eternas la Familia y la Iglesia. Una como productora de especie y la otra como cuidadora de la moral que reproduce la especie.

Porque no van a creer que a la Iglesia le interesa si uno penetra o no penetra o si por el culo o si por la boca, no le interesa nada, no ven que son todos perversos los curas, pero como son defensores de la especie tienen que proteger el coito normal, encima le llaman normal, que no sé por qué normal, animal. Animal sí, coito animal ¿por qué? Porque va a reproducir.

P: ¿Una pareja siempre es entre dos? ¿Hay relaciones de pareja en las que puede haber más de dos personas?

MOM: Bueno, si usted me lo pide así, sí. Estamos hablando de la pareja de dos personas, si no se le llamaría grupo “nosecuantos”. Mi interés era hablar de algo terrible, la pareja entre dos personas, pero también podemos hablar de cualquier otra cosa.

P: En la presentación, dijo la presentadora, o entendí, que la relación de pareja es un ideal y que si funciona es por los pactos y más adelante dijo que tener un proyecto social es algo más grande que una familia.

MOM: Estoy totalmente de acuerdo.

P: ¿Qué diferencia me podría mostrar entre familia y grupo?

MOM: A veces la familia es un grupo. A veces en la Universidad participamos del aprendizaje en un grupo. Pero, generalmente, no.

Así como la familia es la célula de la sociedad en el sentido de la reproducción, el grupo es la unidad de producción artística y científica. Si no me forjé dentro de un grupo no puedo ser científico ni poeta ni nada de eso, pero lo que pasa es que el grupo no es el Grupo Cero. El Grupo Cero, aprovechándose de este conocimiento sobre la humanidad, le puso grupo a la Institución que fundó.

Con el conocimiento actual, recuerdo mis años de Universidad donde había materias en las que no pude aprender nada de esas materias y hay otras materias donde todavía soy un genio. Pediatría y Clínica Médica después de cincuenta años que las estudié, todavía puedo ponerme a conversar con la gente que actualmente estudia esas cosas. Pero claro, era por la conformación de un grupo, por ahí por los profesores. En uno tenía a Escardó que era, verdaderamente, un genio en Pediatría y en el otro tenía a Munich que era un genio en Clínica Médica.

¿Por qué era un genio Escardó? porque Escardó internaba a los niños con la madre, con lo cual redujo el período de la internación. Por ejemplo, una operación que duraba cuarenta días internado, con la madre internada duraba siete días. Fue grandioso Escardó, la sala 17 del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Yo trabajaba con él y vi que cuando venía la madre con una angina el primero de enero, otra angina el 22 de enero y otra angina el 31 de marzo, la tercera vez le decía a la madre: “Señora, usted comienza su psicoanálisis o yo no atiendo más a su niño”. Porque Escardó atribuía la repetición de las anginas al mal comportamiento de la madre con el niño.

Y Munich era un genio, primero porque diagnosticaba a treinta metros una fibrilación auricular. A treinta metros, veía al paciente que entraba por la puerta y decía “este tiene fibrilación auricular”. Y, además, nos hacía pasar por en medio de la sala, y teníamos que diagnosticar sin tocar al paciente. Le mirábamos la cara al paciente y, después, le hacíamos el diagnóstico. Además, cuando venía un documento del laboratorio que ponía en tela de juicio la clínica, Munich no hacía un nuevo diagnóstico, le mandaba de nuevo a hacer el análisis clínico, porque decía que la Clínica era soberana. Yo lo sigo pensando así.

Yo le salvé la vida a dos o tres personas. En Madrid he hecho muy poca Medicina Clínica, pero le salvé la vida por consulta a tres o cuatro personas. Me acuerdo de un caso que les cuento: Viene una mujer un poco gordita, con los cachetes rojos, una vitalidad impresionante. Viene y me tira un análisis de cuello uterino donde tenía ¿grado cuarto es el peor?

P: Sí.

MOM: Grado cuarto. Yo veía el análisis y la miraba a ella y digo “esto no puede ser”. La iban a operar al otro día, me vino a ver a mí para que yo le ayudara a que la operaran. Le dije: “Postergue la operación y hágase de nuevo los análisis”. Bueno, se habían confundido, le habían dado el análisis de otra persona (pero claro, como la Clínica es soberana, yo había aprendido eso con el doctor Munich, al cual le agradezco, la chica esta no lo sabe pero tenía que agradecer también al doctor Munich, no a mí). Y yo dije: “No, esto no puede ser un cáncer ni disfrazado de mono”. No era un cáncer.

Así que antes de que les quieran cortar las piernas o el pene o alguna cosa así, consúltenme a mí, que yo seguro que les voy a dar un buen consejo y voy a evitar esa operación.


(Continuará)

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