jueves, 13 de abril de 2017

LA IMPOTENCIA PSÍQUICA



Freud llega a decir que no hay persona, no hay hombre ni mujer, que no hayan atravesado por un momento de impotencia o por un momento de frigidez. Porque son síntomas de otras enfermedades.
La impotencia genital consiste en una imposibilidad de erección del pene que puede darse en diferentes momentos del acto sexual, al principio del proceso (displacer psíquico), durante el acto (falta de erección) o antes de terminar su desenlace natural (falta de eyaculación).
La impotencia psíquica se manifiesta en que los órganos ejecutivos de la sexualidad rehúsan su colaboración al acto sexual. Hay como una anarquía, se independizan los órganos genitales, porque la persona sí presenta un deseo y una tendencia por realizar el acto sexual.
Se trata realmente de la acción inhibitoria de ciertos complejos psíquicos que se sustraen al conocimiento propio, material patógeno cuyo contenido más frecuente es una fijación inconsciente no dominada.
La actividad sexual en estos casos presenta claros signos de no hallarse sustentada con toda su plena energía instintiva psíquica, mostrándose caprichosa, fácil de perturbar, incorrecta muchas veces en la ejecución, y además, poco placentera.
En cierto tipo de impotencias hay una falta de correspondencia entre el objeto amado y el objeto deseado, no pudiendo el paciente desear a la mujer que ama y desarrolla  su plena potencia con objetos sexuales a los que no ama.
En otras impotencias el hombre tiene erección perfecta pero no siente nada. Recibe el nombre de psicoanestesia.
La impotencia puede caracterizarse desde la carencia de erección, hasta la carencia de sentimientos, de sensaciones con respecto a lo que ocurre genitalmente.
A pesar de que se da en el pene, la impotencia es una estructura, un modo de relacionarse.
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TFNO. 911 257 747

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