
"El Grito" de Edvard Munch (1895)
YO
Mi portento inmediato,
mi frenética pasión de cada día,
mi flor, mi ángel de cada instante,
aun como el pan caliente con olor de tu hornada,
aun sumergido en las aguas de Dios,
y en los aires azules del día original del mundo:
dime, dulce amor mío,
dime, presencia incógnita,
45 años de misteriosa compañía,
¿aún no son suficientes
para entregarte, para desvelarte
a tu amigo, a tu hermano,
a tu triste doble?
¡No, no! Dime, alacrán, necrófago,
cadáver que se me está pudriendo encima
desde hace 45 años,
hiena crepuscular,
fétida hidra de 800.000 cabezas,
¿por qué siempre me muestras sólo una cara?
Siempre a cada segundo una cara distinta,
unos ojos crueles,
los ojos de un desconocido,
que me miran sin comprender
(con ese odio del desconocido)
y pasan:
a cada segundo.
Son tus cabezas hediondas, tus cabezas crueles,
oh hidra violácea.
Hace 45 años que te odio,
que te escupo, que te maldigo,
pero no sé a quién maldigo,
a quién odio, a quién escupo.
Dulce,
dulce amor mío incógnito,
45 años hace ya
que te amo.
Querida Virginia:
ResponderEliminarBuen poema. Muy fuerte. Todo un grito haciendo homenaje al cuadro desde tu reflexión ante la desesperación de la mujer que ocupa el lienzo.
Felicidades.
Con todo mi afecto,
Cris.
Uffff, no logro entenderlo. Es contradictorio. Me lo explicas?
ResponderEliminarHola Virginia,
ResponderEliminarEl poema es magnfífico. Muy fuerte.
Bss
Muchas gracias Cris, por tu interesante comentario y por tu afecto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Virginia.
Hola Ignacio,
ResponderEliminarEl ser humano está lleno de contradicciones, como amar y odiar a una misma persona o saber que hay algo que no sabemos de nosotros mismos. Esa, la sutileza del hombre.
A mí me parece que el poema va en esa dirección, pero, ¿a tí qué te parece?
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Virginia.
Muchas gracias Mónica por tu visita y por tu comentario. Tú siempre tan magnífica.
ResponderEliminarUn beso.
Virginia.