lunes, 31 de enero de 2011

SOCIEDAD

¿Cómo o por qué se puede seguir llamando violencia machista a lo que claramente debería llamarse crímenes pasionales o crímenes familiares?

Basta de hacerle creer a los hombres que matar a las mujeres es cosa de machos.


Psicoanalista, jubilado emparte
www.psicoanalistajubilado.com

jueves, 27 de enero de 2011

PSICOANÁLISIS: ¿DÓNDE ESTÁ LA MEMORIA?


Todos sabemos que nuestra capacidad retentiva es mucho más amplia de lo que nos pareciera en primera instancia. Nuestra memoria es capaz de arribar a nuestra mente recuerdos que creíamos olvidados porque en el aparato psíquico la energía no se destruye, sino que se reprime y se transforma.

La represión consiste en un mecanismo a través del cual se mantienen alejados de la conciencia a determinadas representaciones. Cuando una persona se enfrenta a un estímulo displacentero que le provoca un aumento de la tensión en el aparato psíquico, trata de eliminarlo para reducir dicha tensión. Si el estímulo procede del exterior, el medio de defensa más adecuado será la fuga. Pero cuando se trata de un estímulo pulsional procedente del interior del sujeto, la fuga no es posible, ya que uno no puede huir de sí mismo. El mecanismo que se aplica entonces es el de represión, alejando esos contenidos de la conciencia.

La memoria es inconsciente y los contenidos y recuerdos que llegan a nuestra conciencia lo hacen a condición de ser desplazados, condensados para poder burlar la barrera de la represión. De ahí que todos nuestros recuerdos sean encubridores, es decir, sustitutos deformados de impresiones que al sujeto le resultaron desagradables o intolerables, con las que se encuentran asociados.

Nuestro sistema de percepción no posee capacidad para conservar las modificaciones, es decir, carece de memoria. Sin embargo, desde el interior del aparato, son constantemente enviadas al sistema perceptor y retiradas de él inervaciones de carga psíquica. Es como si lo inconsciente desplegase, por medio del sistema receptor y hacia el mundo exterior unos tentáculos y los retrajese una vez comprobados los estímulos; de este modo sólo se perciben los estímulos cargados de energía psíquica por esos tentáculos propios de cada individuo, los estímulos libidinizados por el ser sujeto del lenguaje y sus significantes.

Los recuerdos conscientes siempre aparecen contaminados, deformados, por los deseos inconscientes, que utilizan las huellas mnémicas con las que tienen algún punto de contacto, para burlar el mecanismo de represión y llegar a la conciencia con el único objetivo de expresarse.

Todos nuestros recuerdos nos muestran los hechos, no como fueron, sino como decimos que fueron al evocarlos, siguiendo una serie de principios muy ajenos a los de fidelidad histórica.

La imagen de percepción en realidad no existe, no existió nunca, en tanto que para convertirse en una huella de memoria fue transformada por el sujeto. La imagen de percepción fue lo que quedó fuera del sistema, el encuentro con la cosa, el objeto “a”, la ausencia de objeto para el deseo.

A la pregunta, ¿qué es la memoria? ¿Dónde se encuentra ubicada? Respondemos:

La memoria no está en ninguna neurona. No es huella psicofísica, ni recuperación consciente, es puesta en acto, un deseo como realizado en la realidad material presente, un proceso transaccional. Un intento de llegar a la imagen de la percepción inalcanzable. Una regresión.

Es por eso que la memoria es en el decir y también en lo que en el intento de decir, no se dice, o tropieza o yerra. Y en la interpretación que transforma todo lo anterior.

Virginia Valdominos
Psicóloga Psicoanalista
Tfno. 918259854 Móvil: 664222008
www.virginiavaldominos.com

lunes, 10 de enero de 2011

EL TRABAJO DEL SUEÑO



Para poder interpretar un sueño, el psicoanalista parte del producto final, es decir, el sueño contado por el paciente, el sueño manifiesto, a partir del cual, podremos acceder, mediante la asociación libre del paciente, al sueño latente. Por tanto, sueño manifiesto y sueño latente, son dos cosas diferentes.

Llamamos "trabajo del sueño" a la labor que transforma el sueño latente en sueño manifiesto e "interpretación" al trabajo que va en sentido contrario, esto es, desde el contenido manifiesto a las ideas latentes, destejiendo la trama urdida por el trabajo del sueño. De este modo, la técnica de la interpretación permite descifrar la “deformación onírica”.

Pero veamos cuáles son las herramientas con las que trabaja el sueño, es decir, las operaciones con las que transforma una serie de ideas latentes en un sueño manifiesto, a veces, totalmente absurdo.

La primera de ellas es la denominada condensación. El contenido del sueño manifiesto es más breve que el latente. Es como si el sueño manifiesto fuese una traducción abreviada de las ideas latentes. En algunas ocasiones es de una intensidad muy elevada. Y nunca hallaremos lo contrario: que el sueño manifiesto sea más extenso que el latente.

La condensación es un procedimiento a través del cual los elementos latentes que poseen rasgos comunes se funden en el sueño manifiesto.

Si recuerdan alguno de sus sueños, encontraran algún caso de condensación de varias personas en una sola. Una persona que tiene el aspecto de A, se halla vestida como B, hace algo que nos recuerda a C y, a pesar de todo, sabemos que se trata de D.

Otra de las herramientas utilizada por el trabajo del sueño es el desplazamiento.

El desplazamiento es obra de la censura de los sueños. Se manifiesta de dos formas:

1-Haciendo que un elemento latente quede reemplazado por otro, lejano a él, esto es, por una alusión.
2-Transfiriendo el acento psíquico de un elemento importante a otro que lo es menos, de tal forma que el sueño recibe un diferente centro y adquiere un aspecto que nos desorienta.

Para ejemplificar esta operación, proponemos la siguiente anécdota: había en un pueblo un herrero que cometió un sangriento crimen. El tribunal decidió que ese crimen debía ser castigado, pero como el herrero era el único del pueblo y, sin embargo, había tres sastres, se ahorcó a uno de estos en sustitución del criminal.

Otra herramienta utilizada por el trabajo del sueño es la escenificación (puesta en escena) que es la transformación de las ideas en imágenes visuales.

No todos los elementos del contenido latente se transforman en imágenes. Algunas ideas conservan su forma y aparecen como ideas o como conocimientos en el sueño manifiesto. Cuando se produce la puesta en escena puede suceder alguna de estas cosas:

-Un elemento se sustituye por su contrario (inversión de contenido).
-La situación o la relación entre dos personas se invierte, como si todo sucediese en un mundo al revés (por ejemplo la liebre que trata de cazar al cazador).
-La sucesión de acontecimientos se invierte. Como en las representaciones teatrales de aficionados en la que cae muerto el protagonista antes de que suene el tiro entre bambalinas.
-Se invierte totalmente el orden de los elementos, por ejemplo: sumergirse o caer en el agua puede significar lo mismo que salir de ella, que es como parir o nacer. Y subir una escalera puede significar lo mismo que bajar una escalera.


Una última herramienta del trabajo del sueño, la elaboración secundaria, se encarga de reunir en un todo más o menos coherente los datos más inmediatos del sueño, ordenando los materiales con un sentido independiente e incluyendo elementos allí donde lo cree necesario.

Para interpretar un sueño, ya sea un sueño bien compuesto o un sueño disociado en imágenes aisladas sin conexión alguna, es necesaria la teoría del inconsciente, el paciente que asocia libremente y el analista que interpreta en la situación de transferencia.

La interpretación de los sueños que nos llevó a conocer la vida psíquica inconsciente gracias al trabajo de Freud , revolucionó la ciencia psicológica pues demostró que este mecanismo que utiliza el trabajo del sueño para producir el sueño, es el mismo mecanismo que el involucrado en la génesis de los síntomas neuróticos.